Entrando por la puerta de la catedral, Está llena de goteras, parece el final... Me dice: No te enteras y estamos fatal. Dibújame escaleras, recoge el sedal... Hemos cruzado la frontera, ha empezado el ritual; Una de arena, una de cal: se ha vuelto lo normal, Ahora que las calles son ríos y es mío el carnaval; Ahora que al menos sonrío, no me preguntes cuál Será mi cebo, yo no bebo del Santo Grial... Si me concedo algún deseo en este vendaval, Debe ser para no verme triste, ¿o será que existe Una mano que me arrastra a otro plano astral? Es harina de otro costal, más fina de lo habitual. Me espera desnuda tras el cristal... Helena santa, a ti te encanta saberte mortal. Sigue lloviendo en mi campo visual; A veces me confunde y se funde la sal... Yo sé cómo termina, y es una señal Cuando me mira con los ojos de guerra naval.