Camino en un tango de trinos y cieno
Perdiendo a mi sombra en un sol veraniego
Pisando las hojas que retuvo enero
Habito en el frío de un triste aguacero
Me paro en la puerta del viejo museo
Buscando cobijo en el pincel y el lienzo
A veces las musas no están donde creo
No compro la entrada, me miras, te veo
Divina aparición
Bendices el asfalto en el altar de tu tacón
Dos lirios azules van tras de ti en procesión
Mis ojos ahora son devotos de tu religión
Es un juego de dos
Antes de tirar los dados te imagino en mi sillón
Pero tú tienes un as escondido en el pantalón
El crupier de mi destino ha tomado una decisión
Me hablas, te siento
Te escucho, te huelo
Me invitas, sonrío
Tú quieres, yo quiero
Conduces, te rozo
Aparcas, te beso
Salimos, entramos
Te tumbas, te rezo
El colchón, tú y yo
Mi lengua con tu lengua en un duelo feroz
Resuelves el enigma que hay tras tu sujetador
En el suelo la ropa nos queda mucho mejor
Mi boca se fusiona con los pliegues de tu cuerpo
Y se detiene en la cima de los montes de tu pecho
Desciende por la escarpada ladera de tu vientre
Y desemboca en el lago donde tu caudal se vierte
Noto tus labios calientes
Recorren mi erección por un sendero imprevisible
El portón de tu garganta se desliza lentamente
Tu saliva forma charcos en los surcos de mis ingles
Apaciguada la sed
Nuestras caras se reencuentran en la pausa del placer
Se nos eriza la piel
Nos miramos fijamente, se entrelazan nuestros pies
Me agarras, te aprieto
Me arañas, me dejo
Me lames, te muerdo
Tú quieres, yo quiero
Yo leña, tú fuego
Tu nube, yo viento
Te agitas, jadeo
Te mojas, te bebo
Me pongo encima de ti
Me atrapas con tus piernas, comenzó el frenesí
Ya podemos sentir, nuestros sexos latir
Tú me pediste que entrara y yo no quiero salir
El sudor cae por mi frente
Tú me giras bruscamente
No te andas con rodeos
A horcajadas me cabalgas por lo prados del deseo
Empiezas a acelerar, ya no podemos parar
Olvidamos nuestros nombres, ya es instinto animal
Tú me pides más, yo te pido más
Descubrimos mil posturas que estaban por inventar
La sangre de nuestras venas no deja de bombear
En el clímax de la lujuria vemos ángeles pasar
Explosionamos los dos, el cuarto se va a inundar
Después de la batalla siempre llega la paz
Me miras, te abrazo
Suspiras, bromeo
Te ríes, me besas
Me visto, te agendo
Me marcho, te pienso
Me llamas, descuelgo
(¿Mañana en la puerta del viejo museo?)
Tú quieres, yo quiero