Érase una vez un tío vivo gigante que daba vueltas Y Lucía con él, trapecista, deambulaba a su encuentro Pero el circo se incendiaba y ella tuvo que echar a andar Y se metió en un bosque extraño como un mar sin sal Y se encontró con lobos ogros y fantasmas y un príncipe malo Brujos orcos y dos ojos gratos 22 cometas fugaces arañaron con luz el cielo El resplandor de las cosas raras la asustó Y se desmayó Comenzó a escuchar en su canción mi dulce voz Se dibujó en un bosque extraño como un mar sin sal Y tropezó con lobos ogros y fantasmas y un príncipe malo Brujos orcos y dos ojos gratos Que se perdió en un bosque extraño como un mar sin sal Y tropezó con lobos ogros y fantasmas y un príncipe malo Brujos orcos y dos ojos gratos que la perseguían Levitando por la espalda Corría acorralada Intentando escapar