En mis manos traigo una canción. De esperanza y pesimismo, de contradicción. Y en cada verso escribo una metáfora. Un juego de abstracción. Para no transformar todo en certezas. Y olvidarme la razón. Ella es una versión del alma. Ella es una poesía absurda. Ella es la libertad. El límite invisible entre mentiras y verdad. En mis dedos tengo una adicción. Que activa los acordes de la imaginación. Y al elegir ser un idealista. Me queda una opción. Decir con la cabeza lo que en realidad, siente el corazón. Ella es una versión del alma. Ella es una poesía absurda. Ella es la libertad. El límite invisible entre mentiras y verdad. Ella es una versión del alma. Ella es una poesía absurda. Ella es la libertad. El límite invisible entre mentiras y verdad.