En la tierra nos hemos convertido En el acacio destruido como el tiempo a los hombres El perro es una ave limpia que corre en la hierba Dios un grabado de niños en el cielo Pero pesar de todo, el acacio es una imagen terrible Como el tiempo en el corazón del poeta Me hago creer que el momento a los hombres Son un puñado de monedas arrojados por los poderosos Que el perro es un ave limpia Y el sueño se aferra a los ojos Como el frío duramente a los huesos de los desposeídos La tierra seguirá siendo la primera cicatriz de un niño Una rama de sauce que hace sangrar la frente inocente O la mano de la mujer que abre lenta y precavida la cama de madrugada La tierra será el reflejo a los hombres Con su semen arrojado inútilmente sobre las espigas Nos quedamos solos Con la cabeza cubierta de hojas podridas en la tierra