Yo vivía tan lindo en la frontera Vivía en la excepción, en la alegría Si yo te regalé la tierra fina y la ley Decí de mí, de acá ¿qué querés? Yo no sé para qué pueda servirte Todo este tanto amor que no te tengo Porque no es odio, mal ni descontento Es tan sólo un perpetuo ayuno de vos Y con devoción camino a la balacera Que no es lo mismo morir Que nomás desexistir Tu oro de nada más, de poca cosa Pepitas de miseria y de locura Apunado de vos bajé a la altura de Dios Pero ella ya no estaba ahí Y ahora te canto para despedirte Y no sonambuliés más por mi vida No quiero vivir más entredormidos Me vuelvo a la frontera Me vuelvo a la excepción