El espacio era uno hasta que una palabra De un sólo golpe seco fundó en una dos playas Entre un playa y la otra cruzó nuestra mirada Como un puente de hilo como una bala errada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada Y andamos por los cuartos con las bocas descalzas Cambiándonos la ropa, sacudiendo las mantas Hablándole a los libros, leyendo nuestras almas Subiendo la escalera cuando el otro la baja No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada Esquivando sentidos cansamos nuestra casa Zurciendo los espacios quebrados, sin palabra Y cuando se haga noche, y cuando se haga calma Se cerrarán los ojos pero no la mirada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada No somos dos No somos nada, nada Nada más que nuestra mirada