Yo era un muchachito cuando murió mi viejo Fue tanta la miseria que mi viejita y yo Comíamos llorando el pan mugriente y duro Que en horas de miseria mi mano mendigó Mi pobre viejecita lavando ropa ajena Quebraba su espinazo al pie del tinajón Por míseras monedas con que calma esa pena Las crueles amarguras de nuestra situación Fui creciendo a la bartola y en mis años juveniles Agarré por el camino que mejor me pareció Me codié con milongueras, me acodé con copetines Y el mejor de mis amigos cuando pudo me vendió Engreído, me hice el guapo y me encerraron entre rejas Y de preso ni un amigo me ha venido a visitar Solo el rostro demacrado y adorado de mi vieja Se aplastó contra las rejas para poderme besar ♪ Por eso, compañeros, con tantos desengaños No me convence nadie con frases de amistad Y hoy vivo con mi madre, quiero endulzar sus años Y quiero hacer dichosa su noble ancianidad Me siento tan alegre junto, junto a mi madrecita Que es el mejor cariño que tiene el corazón Ese sí que es un cariño que nadie me lo quita Cariño que no engaña ni sabe de traición A usted amigo que es tan joven le daré un consejo de oro Deje farras y milongas, que jamás le ha de pesar Cuide mucho a su viejita, que la madre es un tesoro Un tesoro que al perderlo otro igual no encontrará Y no haga como aquellos que se gastan en placeres Y se olvidan de la madre ni le importa su dolor Que la matan a disgusto y recién cuando se muere Se arrepienten y le lloran, no comprenden su valor, ¡su valor!