Vuelvo a pensar, me desquicio, No puedo más. Decir y ver... Tanto dolor... Tanta desilusión de ver cómo tan poco cambia... Esta llama se enfría. Yo no elegí esta vida. Este lugar no es para mí. Me daré una última oportunidad De ser, pensar y actuar como siento. Y otra vez vuelvo a pensar que todo está mal: ¿Vivo para mí o por los demás? ¿Cuanto más amor das, más mejor estás? ¿Puede tu consumo medir tu felicidad? Dime si puede. Dime si quieres. Y ahora piensa cómo puedes cambiar, Transformar tu entorno de palabras a hechos. Dime si puedes. Dime si quieres. ¿Puede este mundo vomitar la realidad? ¿Existe la consciencia donde mueren las ideas? Pienso en cómo romper la red para sentirme libre. No tengo miedo, quiero ser libre. Sentirse parte del mundo no es simple. Que siga la corriente me exigen Mas se han olvidado que soy quien decide. Todos clones, robotizados. Tonos grises mi mente percibe. Luchan por ser uno más del rebaño. Hay que plantarles cara, jamás rendirse. Cada día quiere más el que más tiene Pero a costa de la plebe ya no lo podrá ganar, pues No comprenden que en breves llegará el día En que estalle la rebeldía como justicia social. Cuando la sombra de aquel monstruo avanza, Pero lo venden como algo normal; Camarada, del suelo levanta, gritaremos siempre: ¡no pasarán! ¿Y qué pasó? Lo que pasó es que no pasaron ni una más. Vieron venir de lejos la mentira. Y la verdad que era tan bonito pensar que, al despertar, Nadie supo pintar el color de sus vidas. Yo no me siento bien si tú te sientes mal. Cuenta conmigo para transformar. Tu realidad también es nuestra realidad. Abre los ojos. Soy testigo y juez.