Y él dejó las cosas por hacer, Al revés de lo que debía hacer. Se dejó estar, obvió su malestar: Algo en su hombro, un mínimo dolor. De pronto brotó, cual semilla germinó: Un tallo una hoja, luego otra y después otra. Difícil de ocultar, un hermoso vegetal, En su hombro fue a germinar, Una semilla y no la del mal. Las raíces no pararon de crecer, Como venas se confundían en su piel. Dejó de ir a pasear, le costaba caminar. Y en el mismo lugar, Ahora y siempre lo podemos encontrar.