La suerte es mi enemiga, Donde quiera que yo voy. Ella siempre me acompaña, Tengo suerte donde estoy. El filo del horizonte, Corta al día en dos, Avanzamos por mitades, Noche y día, luna y sol. Ellos nunca se equivocan, Desconocen el error, Ellos nunca hacen nada, Solo se enredan con su voz. Tu boca parece un túnel Y me zambullo sin temor. Hago que te tragues todas tus palabras, Hasta atragantarte sin razón. Salgo despedido como una hiena, Que persigue un cazador, Cargado de uvas agrias, Que ahora dulces llenan mi cargador. Cierro los ojos y disparo ya, El horizonte me cercenó.