Fue hace ya mucho tiempo, Una tarde de abril, Una ciudad en Oriente Muy lejana de aquí. Éramos doce o trece, íbamos a cenar, Y bebimos de aquel vino Y comimos del pan. Y allí empezó mi calvario, Así comenzó mi pasión. Pronto se hizo de noche, Nos fuimos a dormir Esperando el gran día Que estaba por venir. Despertamos temprano Con el gallo cantor, Sufriendo los excesos Con el vino de la noche anterior. No podía soportar aquella resaca, No, no podía recordar, Y, cuando me vestía Para salir de casa, Encontré entre mis ropas Treinta monedas de plata. Y a mis once verdugos Aún les guardo rencor, Me condenaron sin juicio Por alta traición. Y desde entonces me llaman El Traidor, Y desde entonces me llaman El Traidor, Y desde entonces me llaman El Traidor, Y desde entonces me llaman Judas Traidor.