Me fui y te abandoné Y tú me dejaste marchar. Atrás dejé tu calor, Tu brisa alejada del mar, Los quietos colores de tu atardecer, Mi tierra de vid y de pan, La carne tostada de sangre y sudor, Las nubes que casi se pueden tocar. Me fui y me llevé la llave para poder regresar. Tal vez aún conserves mi viejo sillón Pues sabes que nunca me llegué a marchar. Dime si aún quieres verme volver, Si tienes perdón para un pobre infiel. Dime si aún duerme en ti mi niñez, Si guardas los sueños que un día olvidé. Fuiste mi trono al que un día abdiqué, Fuiste refugio en un invierno cruel, Fuiste la lluvia que me hizo crecer... Pero me fui y te abandoné.