Cuando caiga reuniré como nunca en buenos tiempos Muchas almas persignadas que acompañen mi cajón. Caballeros y señoras cuyos nombres desconozca y Que forzando algunas lágrimas me demuestren su pesar. Cuando caiga escucharé cada excusa Y reiré de cada idea que en mi honor se llegue a especular Y desde abajo observaré sin el menor rencor Y con la cínica desidia que tuve una vez vivo. Son las vueltas de la vida y su final. Cuando caiga espetaré en el silencio de un cajón Las mismas barbaridades que ignoraron cuando fui Un burgués campante y flojo y un hermoso perdedor Que en tristes líneas renegaba de un hermoso funeral. Cuando caiga sentiré junto al ruido de la tierra Cómo lloran las viejas que rieron de mi suerte, Y el cantar de los gorriones que se opaca con los golpes de las palas Y la grava cayendo en el cajón. Son las vueltas de la vida y su final. Cuando caiga bien sabré si la muerte es tan fatal O si a partir de estar pudriéndome viviré en complicidad Con esos ídolos que amé y aquellos santos que ignoré Y si mis culpas pesan tanto como jodieron en vida. Cuando caiga aceptaré condolencias de fantasmas Que ni en chiste aparecieron cuando hubo que pagar, Y lejos de clamar venganza brindaremos por la vida Y reiremos de la suerte que fuimos a encontrar. Son las vueltas de la vida y su final. Son las vueltas de la vida. Son las vueltas del Señor.