El oro de la tarde de abril ya se va Dejando una moneda de sol otoñal Detras de la ventana suelta la ciudad, Sus pajaros de niebla, de ollin y humedad. El soplo de la brisa desdobla al pasar La carta de mi madre, que dice que vendra Calendulas oscuras en tiestos de ternura, Sus manos traeran caricias de la flor, para mi soledad. Mañana al despertar la luz de la mañana Su magica ventana me abrira Mañana al despertar el beso de mama Pondra sobre la mesa de mi hogar El sol de Tuluyan dorado como pan Guardado en la tibiesa de su delantal. El humo de mi casa que sube y se va Y escribe por el cielo recuerdos de alla Perdido en la nostalgia de ayer vuelvo a ver El sol por las hileras de San Rafael. La tímida guitarra que entonces me dió, La luz de la tonada que el tiempo no apagó, Camino de la escuela la copla se me vuela Paloma que anido dormida se quedo sobre mi corazón. Mañana al despertar la luz de la mañana Su mágica ventana me abrira Mañana al despertar el beso de mama, Pondra sobre la mesa de mi hogar, El sol de Tuluyan dorado como pan, Guardado en la tibiesa de su delantal.