Huelen el ardor que deja tu andar. Tiemblan de inacción. Quieren, nada más. Pasos a tu espalda, cuervos que te alcanzan. Nada por aquí, nada por allá. Comen de tu voz. Siempre ya no están. La verdad no olvida. Siempre fue insaciable. Hoy, sigo escuchando el rumor. El viejo topo lo ve. Algo que nace ya es. Voy, voy cuando no hay más qué andar. Como un ciego sin bastón. Si el suelo es firme, yo vuelo. ¿Para qué reír? ¿Para qué llorar? Matemos al rey. ¡Dame un tiro más! Regalo mi cielo. Quién sepa comprarlo... Hoy, sigo escuchando el rumor. El viejo topo lo ve. Algo que nace ya es. Voy, voy cuando no hay más qué andar. Como un ciego sin bastón. Si el suelo es firme, yo vuelo.