Ella gritó -"¡libertad!"-, él se dio cuenta que estaba encadenado. Él quería el mundo dominar, ella dijo -"¡al fin un buen esclavo!"-. Con esas caricias que queman, el cosmos terminaba allí. Bajamos gritando... ¡Sí! Hermosa soledad, el amor no es un consuelo. ¡Sí! Tanteemos el lugar como hacen los ciegos. -"Tapate la cara y gritá, voy a remover esta mierda entre tus manos"-. Misteriosa y negra la verdad, la mentira jugando nuestros dados. Con esas caricias que queman, el cosmos terminaba allí. Vivimos gritando... ¡Sí! Hermosa soledad, el amor no es un consuelo. ¡Sí! Tanteemos el lugar como hacen los ciegos. ¡Sí! ¿Qué más podemos dar? ¡Cambiemos este anzuelo! Me dijo el capitán del tiempo: -"son los duendes de esta noche de hoy"-. Se emborrachan contando aventuras, y en el fondo se escucha tu voz... ¡Sí! Hermosa soledad, el amor no es un consuelo. ¡Sí! Tanteemos el lugar como hacen los ciegos. ¡Sí! ¿Qué más podemos dar? ¡Pateemos el tablero