Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada Reina, torre directa y peón ladino Sobre lo negro y blanco del camino Buscan y libran su batalla armada. No saben que la mano señalada Del jugador gobierna su destino, No saben que un rigor adamantino Sujeta su albedrío y su jornada. También el jugador es prisionero (La sentencia es de Omar) de otro tablero De negras noches y de blancos días. Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza De polvo y tiempo y sueño y agonía?