Está ensillao mi caballo, Las espuelas me calcé, Y con la noche en la cara Sin despedirme monté. Que la noche sea muy negra No es dificultad mayor, Llevando firme la rienda Y al tino por rumbeador. Si me pierdo, mala suerte, La noche tendrá razón. Pobrecito el árbol solo Con una tapera al lao, Que ahora sirve de echadero Donde descansa el ganao. Amanecer en las sierras Donde el aire es claridad Y da noticias del caso El agua de algún Yerbal. El Templao está cantando Porque hoy es necesidad. Arriba vela el lucero, Testigo en la inmensidad; Abajo algún tero-tero Rondando la soledad. Y a tierra de soledades Buscando mi tierra voy, Quiero amanecer adentro De su propio corazón. Cantando esta serranera El Templao se calentó.