Un hombre llego a su casa a horas de la madrugada El en sus manos traía una bolsita amarrada Y cuando se iba a acostar, en la mesa la dejaba El hombre tiraba polvo su esposa no lo sabia Se levantó muy temprano a su quehacer en el día Y al mirar aquella bolsa se le antojo hacer tortillas Le echaba mucha manteca no la podía ni amasar El polvo se le hacía poco y le echaba harina real A su esposo le decía ya vente a desayunar El hombre se levantó y pa' la mesa se fue Vieja donde está la bolsa que hace rato aquí deje La señora le contesta la harina ya la hamacé El hombre muy enojado decía golpeándose el pecho Que mujer tan ignorante no te fijas lo que has hecho Echaste a perder el polvo y era de muy alto precio La mujer desconcertada y muy seria le decía Ya que andas metido en eso guarda bien tus porquerías Yo creía que era harina y ya te hice las tortillas No voy a decir su nombre para no alardear las cosas Esto le puede pasar a cualquier humilde esposa Las tortillas de perico tal vez sabían muy sabrosas