Nuevamente se manifiesta en los hombres a mordiscos Ya no conocen la razón La perdieron en un juego de cartas con el diablo Quien, caballerosamente, pidió jugar con su propio mazo Todos absortos y callados dieron la ganancia Ya no hay palabras, solo gruñidos y golpes Los dioses dejaron de preocuparse por nosotros Y ahora nos arrastramos tras la máquina ¡Tras la máquina!