No son muchos pero Dios los puso ahí Un poquito más cercanos, me los regaló a mí Para hacerme comprender un poco más El calibre del amor de mi Padre celestial No son muchos, pero no los hay mejores en la tierra Sin temor a los leones en la arena Solo pendientes de que alguien me proteja Aunque el precio sea mayor, son amigos Y no tengo que dar nombres o apellidos Porque ellos mismos ya se saben aludidos No son muchos pero Dios los puso ahí Extranjeros de otra talla, tan insólitos aquí Que me respetan y regañan a la vez Y me quieren como soy, aunque me conocen bien Están cerca, no me es fácil engañarles Porque llevan mis heridas y miserias en su pecho Aunque jamás me echan en cara lo que han hecho Aún teniendo una razón Son amigos, no hace falta dar sus nombres o apellidos Porque de sobra ellos se saben aludidos No son muchos pero Dios los puso ahí Peregrinos incansables, luchadores de marfil Forasteros con nostalgia del hogar En sus frentes brilla el Sol, en sus manos siempre hay pan Y en sus labios No hay engaño ni traición, porque son sellos Y jamás he visto zánganos más bellos Ni me he reído tanto, como junto a ellos Aún en medio del dolor Son amigos Y no quiero dar sus nombres ni apellidos Ellos lo saben y se dan por aludidos