Creciendo en la pobreza Millones de infantes Se pudren en olvido y vileza Los milagros del dios impotente La larga miseria no parará Un reino de temor Y hambre interminable Sólo prevalecen los andrajos Con ojos de caridad Desnudos mendigan piedad ¿ Hacedor de vidas Sanarás su alma humeante? Tú, sabio piadoso Mira a los mendigos colgados En una arboleda... En una arboleda de ahorcados Sin cesar el torrente se agita Y arroja ante ellos la destrucción Infames verdugos se deleitan Triturando vidas... En aquella confusión La imagen distante del dios Es sólo... pudrición... Señor, ten piedad De nuestra larga miseria Señor, ten piedad De nuestra larga miseria