Sabedores de su lógica idiota Sentados en la mesa del festín Dios y el diablo convienen Comenzar su avaro pacto De distribución del mundo Que amargamente se entrega La única especie pensante Dotada de ansias inexplicables Convertida en tipos siniestros Con forma de autodestrucción Que por otro lado... Jamás les importó perderse Después de mil cadáveres Inservibles y sangrantes La opresión y humillación Son un vértigo de hambre Como un torrente... Ardiendo desde el infierno Convierte en cenizas y llanto Al paraíso quemado