El grito macabro Hiriente y agudo Se extendio sobre las aguas Rebotando contra los campos de maiz Calles vacias de Tenochtitlan Hasta acabar en lo alto del Templo Mayor Pintada con sangre de serpiente Con armas y escudo en mano De la casa de nuestros antepasados Viene a protegernos en guerra ¡Ay mis hijos! ¡Cihuacoatl! ¡Ay mis hijos! ¡Cihuacoatl! Protectora de nuestra noble raza Repitiendo su presencia en el Anahuac En el ciclo sagrado de los 52 años Ella viene adornada De manera antigua Nos aviso con gran agonia Por la noche: ¡El fin viene! Ahora solo se escuchan sus llantos Porque nos ha perdido ¡Escucha! ¡Ay mis hijos! El grito macabro Hiriente y agudo Se extendio sobre las aguas Rebotando contra los campos de maiz.