Para poder medir la tristeza de un día gris, Tengo que sacar el metro y contar los días sin ti. Con la madera donde escribo, Me haría cuatro o cinco libros Para poder escribir al tiempo que recito. Que te espero, que te echo de menos, Que no sé a donde voy si no te encuentro, si no te sueño. Y a la mierda, con todas esas metas Con todos esos sueños, Como aceite hirviendo al agua revienta. Porque cuando rozan las puertas el suelo Con las piedras que nos lanzamos, Se nos seca de un quebranto la manera de... Recordar, la sombra de lo que fui, La calma de tu candil, La lluvia que caía cuando nos besábamos en el bar... Las tardes de frío junto al mar, Los trozos de labios que faltaban, Sin tocarnos, sin hablarnos, ni besarnos... Y tú, que en casa ves pasar, mis días de soledad, Mis treinta y cinco mil patadas al alma del farol... Que de noche nos vistió de azul Que creaba sombras en los trapos, Que arrancamos por ver la luz. Pienso y ando de no entender el duelo De ser el que se embarga por tu cuerpo, Y a la mierda con todas esas metas Con todos esos sueños Como aceite hirviendo al agua revienta.