Me escondo tras tu alma, En cada fibra de tu cuerpo. Soy lo único que queda Cuando la mente Y la razón desaparecen, Cuando la luz se va Y te echas sobre una cama, Demasiado fría Inevitable de pensar, Sin nada que rompa Esta aburrida apatía Que me da De no saber si bien, si mal, Si valgo para algo. No dejo de pensar Si fui sólo uno más, Si soy sólo uno más. Si he perdido el tiempo ¡No me importa! ¿Qué más da, Si sólo soy eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído? Soy una ráfaga de brisa helada, La que camina por encima de mi tumba Al llegar la madrugada, Mirando con desprecio La solitaria flor Que alguien me dejó, Aunque yo no le pedí. El llanto de los niños Hoy me haría reír Ya sólo soy eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído Soy un agujero de bala en la pared En la que han sido fusilados mis sueños. Ahora soy otra cosa, ahora soy algo nuevo, Ya no me vas a meter miedo nunca más. Soy el que se enfrenta A la espada sin dudar, Con un puñado de tierra En la mano como arma, Aunque sobre esa misma Tierra he de caer. ¡Morir por convencer, Y no para vencer! Ya sólo soy eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído. Soy el destello del filo de navaja Que separa la ignorancia del odio. Soy eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído Soy esa chispa que brilla En tus ojos al mirarme, Escalofrío que sientes Sólo al rozar tu piel, Sólo porque soy yo. Y porque yo puedo ser todo, O puedo no ser nada, Según tú quieras Y a mi me apetezca. ¡Soy eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído! Soy la camisa de fuerza que se rompe Para ver quién es el loco, y el cuerdo ¡Eco ronco De las tardes enteras Que me cantaste al oído! Soy un recuerdo del sueño Que no quiso despertar Y nos devuelve la libertad.