Habla, Señor, a mi alma; hable tu dulce voz; Susurre en tierna notas: "Tú no estás solo, no". Mi corazón prepara, presto a escuchar tu Ley; Canciones mi alma llenen de gratitud y fe. Háblame en dulces notas, háblame con amor: "Ya la victoria es tuya, no tengas más temor". Háblame cada día, hable tu tierna voz; Susurre en mis oídos: "Tú no estás solo, no". Habla a tus hijos siempre, dales tu santidad; Llénalos de tu gozo; enséñales a orar. A ti consagren todo, vivan tan solo en ti, Traigan tu reino pronto, vean tu rostro aquí. Háblame en dulces notas, háblame con amor: "Ya la victoria es tuya, no tengas más temor". Háblame cada día, hable tu tierna voz; Susurre en mis oídos: "Tú no estás solo, no".