Santo, padre glorioso, venga tu reino a mi. Fuerte, grande y piadoso, libra mi alma del mal. Porque tuyo es el reino y todo el poder. Y tu gloria por los siglos será, amén. Y se haga en la tierra tu voluntad, como es hecha en el cielo. Santo es tu gran nombre, eres mi diario pan. En tentación no me abandones y mi pecado puedas tu perdonar. Porque tuyo es el reino y todo el poder. Y tu gloria por los siglos será, amén. Y se haga en la tierra tu voluntad, como es hecha en el cielo. Santo, santo, santo. Santo, santo, santo. Santo, padre glorioso, venga tu reino a mi. Fuerte, grande y piadoso, libra mi alma del mal.