Como el viento que vuela lejos, como el río que se va. Me alejé sin pensar a tiempo, el silencio que vendrá. Y busqué mi propio consuelo, intentando no escuchar. Pero caigo otra vez y espero, que me vengas a ayudar. Y nuevamente encuentro gracia, tu mano vuelve a rescatarme. ¿Cómo pensar en no alabarte? Si cada vez que te busco estás. No existe lugar ni tiempo, que te pueda ocultar. Dios eterno en tu amor yo creo, para siempre vivirás. Y nuevamente encuentro gracia, tu mano vuelve a rescatarme. ¿Cómo pensar en no alabarte? Si cada vez que te busco estás. Y preciso de ti para continuar. En ti, mi vida encuentra paz. Cada día que viva, te quiero encontrar. Conforme a tus promesas yo viviré. Y nuevamente encuentro gracia, tu mano vuelve a rescatarme. ¿Cómo pensar en no alabarte? Si cada vez que te busco estás. Si cada vez que te busco estás. Si cada vez que te busco estás, aquí.