Algo te dije de mis labios problemáticos, Y de mis mareas turbias y coléricas, De mis radicales pasos antiestáticos, Y de mis madrugadas lejos. Algo te dije de mi libertad que esta cárcel, Y de mi versos fuera de las leyes apolíticas. De mi rabia en cada rojo de mi sangre, Y de mi amor por ti. Y de los vientos heridos, Exiliados de rostros y penas, Y de mis vientos heridos, y de polvo y cristal, Y jeringas pinchando mis venas. Hace tiempo que las hojas no me caen, Hace frio en cada viento que me traen. Se de miedos desatándose en los ojos de los muertos, Y de ojos asfixiándose en las huellas de los vivos, Se de un mar, que ha sido mar y cementerio, Y de los ruidos de mi toz. Se de balas que se pierden en las calles a conciencia, Y conciencias que se pierden en las calles por las balas, Asesinos camuflándose disparos con claveles, Y mi piel sobre tu piel. Se de vientos heridos, Expatriados de trazos y restos, Se de vientos heridos, se de fiebres y gas, Y de acido entrando en mi cuerpo.