La promiscua migración, tiene hambre,
Esta vez, me toca padecer,
Dame un beso niña, antes de marcharte,
Que tal vez, ya no te vuelva a ver.
El asesino boomerang, no da señales,
El calendario, agita otra estación,
Y yo te entiendo niña, aunque me desarme,
Junto con las, ojeras del gorrión.
Sangre, tanta sangre,
Y es que sin tus besos niña,
No quiero que me salven.
Yo me consumo en esta isla ensangrentada,
Por el exilio de tus labios en mis labios,
Me cuelga un iceberg en el pecho que no late,
Y me refugio en los feed-back del escenario.
Yo sé mentir cuando me hablo en el oído,
Y sé sentir cuando el silencio entra en el juego,
Yo sé vivir del streap-teas de los enigmas,
Pero sin ti no puedo.
Sangre, tanta sangre,
Y es que sin tus besos niña,
No quiero que me salven.
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