Enloqueciendo en una cárcel de ciudad, Con el cerebro destrozado de pensar, Como escaparse de esta puta realidad, Donde la vida es un recuerdo y nada más. Y los faroles se apagan otra vez, Hay que tratar de dormir. Cagar y comer en el mismo lugar, Y las visitas que empiezan a faltar, Se limpia el culo con la biblia que le dio, El sacerdote que le vende muy barato a dios. Y los faroles se encienden otra vez, Hay que tratar de vivir. Pudimos probar la teta de la alegría, Y siempre terminamos, Chupándole la pija, A los que prepararon esta rutina. Los abogados frotándose las manos, Y las pastillas que calman el dolor. Miedo y miseria, odio y violencia, ¡esto no es cine de acción. Pudimos probar la teta de la alegría, Y siempre terminamos, Chupándole la pija, A los que prepararon esta rutina. Pudimos probar la teta de la alegría, Y siempre terminamos, Chupándole la pija, A los que prepararon esta rutina.