Por donde quiera que voy Parece que te voy viendo Por donde quiera que voy Parece que te voy viendo Son las sombras del querer ¡Niña de mi corazón! Son las sombras del querer Que me viene persiguiendo En el carro de los muertos Una petenera ví En el carro de los muertos Una petenera vi Llevaba el brazo de fuera ¡Niña de mi corazón! Llevaba el brazo de fuera Por eso la conocí Blanca como la Azucena Triste como el pensamiento Blanca como la Azucena Triste como un pensamiento Trae en su pecho una pena ¡Soledad triste de mí! Trae en su pecho una pena Y en sus labios un lamento En sus labios un lamento En su vida una condena Su mano fría y lejana No pudo decirme adiós Su voz se quedó sin voz Al romperse la mañana Doblar no oí la campana Y los caminos desiertos Los palidos lirios hiertos De sus manos sólo ví Cuando paso por aquí En el carro de los muertos