Una madrugada helada del octubre anterior, En la autovía A número siete que circunvala la ciudad, Sumergido en una nube de vapor y polución Me paré estupefacto a la vista de un avión. Era una luz anaranjada de clara forma circular Con un anillazo turquesa que se movía alrededor. Un comportamiento extraño, imposible de entender, Me produjo miedo nuevo y a la vez curiosidad. Comprobé en primer lugar que no fuese una confusión Con los faros de otros coches en los vidrios y el capó. Intentaba convencerme de que era una alucinación, Producida por las copas al entrar en combustión. Impotente y asustado me detuve a contemplar Si había cerca un semejante que lo viera igual que yo. Estaba solo ante ese objeto y no había nadie más... Sin querer saber qué era me alejé a todo gas, Sin querer saber qué era me alejé a todo gas. De sopetón me encontré con una luz extraña De sopetón me encontré aquella madrugada... Desde aquel día mira al cielo con mucha más curiosidad Y me pregunto seriamente si todo aquello fue verdad. Nadie supo demostrarme de una forma racional Que aquello no era un globo sonda ni una aurora boreal. Cuánta gente ha visto cosas que prefiere ocultar Ante otros que no han visto nada porque no saben mirar, Ante los que no han visto nada porque no quieren mirar. Ante los que no han visto nada porque no quieren mirar. De sopetón me encontré con una luz extraña De sopetón me encontré aquella madrugada... Desde aquel día mira al cielo con mucha más curiosidad Y me pregunto seriamente si todo aquello fue verdad. De sopetón me encontré con una luz extraña De sopetón me encontré aquella madrugada... Desde aquel día mira al cielo con mucha más curiosidad Y me pregunto seriamente si todo aquello fue verdad.