Vino del sol en un rayo de amor Por la ruta que une a las almas en pie. En su viaje no quiso mirar hacia atrás Y se detuvo en mi vida hambrienta de luz. Tuve que hacer un gran esfuerzo Para soportar la luz Que proyectaba su mirada De azul y coral... reflejo del mar. Fundió con caricias el hielo interior Producto del tiempo y la incomprensión. Pobre alma eclipsada no logró resistir El mágico efecto de su aliento al amar. Es infinito el horizonte Que abarca con su corazón, Y en su ternura milagrosa Hay una fuente de paz... en cósmico afán. Ahora las noches son tan largas Que sale el sol sin avisar. Hay un espejo de mil caras Que no detiene su mirar... Pobre de mí.