Yo me casé por la iglesia Me casé como Dios manda Con un ramito de azahar Mustio sobre la solapa Santiguando los pecados De un hombre que apunta canas Ella vestida de blanco, pureza certificada Una alfombra hasta la puerta Órgano, misa y campanas Y un anillo de oro con una fecha grabada Pero fue lo que Dios quiso Por esas cosas que pasan Entre hombres y mujeres Que nadie puede explicarlas Ella torció su camino De la noche a la mañana Pero a nadie, a nadie le deseo Ese tormento en el alma La vida entre ceja y ceja Como un cuchillo clavada Viendo irse de las manos Algo que se nos escapa Nunca le hice un reproche Ni le dije una palabra Pero yo lo presentía Y el corazón nunca engaña Y un día nos separamos Y aquí la historia se acaba Y solo con mi tristeza Y el derrumbe de mi casa Con un silencio de muerte Y puertas empestilladas Lo que pasó, lo que pasó Dios lo sabe Que hay penas que no se acaban Y un día, un día encontré a la otra Sí, la otra Esa palabra que sin tener filo muerde Y sin ser cuchillo mata La otra, una mujer de la calle Sencilla, casta, risueña, trabajadora Con un corazón de oro Y una vergüenza en la cara Leona para defenderme Y una hormiga para la casa Y a esa, a esa le llaman la otra Como una espina que arde Y es la que sufre conmigo Y es la que seca mis lágrimas Y se funde en mi agonía Igual que el oro en la fragua Sí, yo me casé por la iglesia Me casé como Dios manda Ella vestida de blanco Pureza certificada La otra, ni se ha vestido de blanco Ni le han tocado campanas Ni le han prendido azahares Que a ella no le hacen falta Para ser pura y sencilla Como una fuente sellada Y aunque le llamen la otra Para mí es la mía, y basta Pero que nadie la toque Nadie diga una palabra Que pueda ofender su nombre Que nadie intente humillarla Que me juego de hombre a hombre Y me mato cara cara Con quien sea y donde sea Que si no tiene un anillo Con una fecha por dentro Yo le he regalado uno Con besos puros sin mancha Y la he vestido de blanco Con rayos de luna clara Y aunque no sea mi señora Ni le han tocado campanas Ni le han prendido azahares Esa, la otra, me quiere como Dios manda