No soy ni siquiera el eco De un canto perdido que quiere volver, Y voy... camino a la ausencia Que sola se agranda por mi padecer. Estoy... parado en las ruinas Que la noche aquélla dejó en mi partir, Y el sol... que nació en la aurora Para arder el monte no fue para mí. ¡Gritar... para qué! Si a nadie le importa de mi atardecer; Total, mi huella es de nadie; Todos la caminan, pero no la ven. Total... total mi huella es de nadie; Todos la caminan, pero no la ven. A mí... me puso la vida Con esta plegaria que nadie escuchó, Y así... sabiendo que es mía, Con otra picada mi monte se abrió. Adiós... le digo al silencio Que llevo guardado por ley y verdad; Mi voz... será el río seco Que el hombre sediento lo maldecirá. ¡Gritar... para qué! Si a nadie le importa de mi atardecer; Total, mi huella es de nadie; Todos la caminan, pero no la ven. Total... total mi huella es de nadie; Todos la caminan, pero no la ven.