Aprendiste a correr Sin la soga al cuello, Aprendiste a ladrar Sin pasar al degüello. Te acostumbraste al olor A cemento y yeso. Te acostumbraste a tener En tu plato siempre un hueso. Le mordiste la mano Al que te daba de comer, Ahora movés la cola Y nadie te viene a ver. Querías un amo rubio Que hablara como un bacán, Ya te estabas cansando No había "té de Ceilán" Aprendiste a toreale A tus enemigos, Aprendiste a marcar Tu territorio y sin castigo. Y ahora ves que en tu nuevo hogar Ya no hay lugar para jugar, Y que si decidís portarte mal Vas a recibir palo y bozal... Le mordiste la mano Al que te daba de comer, Ahora movés la cola Y nadie te viene a ver. Querías un amo rico Que hablara como un bacán, Ya te estabas cansando No había "té de Ceilán" Le mordiste la mano Al que te daba de comer, Ahora movés la cola Y nadie te viene a ver. Querías un amo rico Que hablara como un bacán, Ya te estabas cansando No había "té de Ceilán"