Un metro sesenta y pico de una materia tan noble Que bien podría alcanzar para hacer cien madres más. Nunca se ha llevado el viento nada de lo que dijiste, Más bien ha sido al revés: el viento lo trajo después. Y no hay mucho más que decir, por suerte hay mucho que hacer. En el trajín de vivir vamos aprendiendo a ser. Y no hay mucho más que decir, por suerte hay mucho que hacer. Me empujaste sin tocarme, en busca de mi destino, Y hoy te envío una postal de donde he venido a parar.