El Príncipe Teodoro Estaba muy tristón Él quería ser bailarín Pero debía ser luchador Lloraba a escondidas Porque él quería bailar Jugar a la pelota Y también cocinar Y su duende protector Le contó un secreto revelador Le dijo que Los niños también lloran Los hombres también lloran Los niños también lloran Porque tienen corazón Los niños también lloran Los hombres también lloran Los niños también lloran Porque tienen corazón Desde entonces el Príncipe Jugaba sin parar No luchaba y sí planchaba Y aprendió a bailar Reía todo el día porque ¡Al fin era feliz! Y ayudó a otros niños A expresar su sentir Y el Príncipe compartió Con todos los niños Un secreto revelador Les dijo que Los niños también lloran Los hombres también lloran Los niños también lloran Porque tienen corazón Los niños también lloran Los hombres también lloran Los niños también lloran Porque tienen corazón