Si es que te sigo, querida mía, siempre esperando Es porque un día me prometiste que has de volver Con dulces besos, tiernas caricias, y perdonando Lo que esa tarde, con mi reproche, te hice sufrir. Aún yo conservo aquella carta que me enviaste Donde me dices que no podrías sin mi vivir. También el llanto que había perdido al alejarte Y así comprendas lo que el cariño hace sentir. Tu promesa fiel, aquel día al partir, mientras me rogabas: No me hagas sufrir porque solo a mí es a quien amabas. Y besándote, lleno de emoción, me apresó tu encanto. Y hoy lejos de ti siempre esperaré que vuelvas a mí. Tu promesa fiel, aquel día al partir, mientras me rogabas: No me hagas sufrir porque solo a mí es a quien amabas. Y besándote, lleno de emoción, me apresó tu encanto. Y hoy lejos de ti siempre esperaré que vuelvas a mí.