Los charcos formaban un dominó decapitado de edificios De los que uno es el torreón que me contaron en la infancia De una sola ventana tan alta como los ojos de madre Cuando se inclinan sobre la cuna Cerca de la puerta pende un ahorcado Se balancea cercado de eternidad Aullado de espacio Es mi esqueleto del que no quedan sino los ojos Soy yo Tan pronto me sonríen Tan pronto me bizquean Tan pronto se me van a comer una miga de pan En el interior del cerebro La ventana se abre y aparece una dama Que se da polisoir en las uñas Cuando las considera suficientemente afiladas Me saca los ojos y los arroja a la calle Quedan mis órbitas solas Sin mirada Sin deseos Sin nada Sin mar Aullado de espacio Es mi esqueleto del que no quedan sino los ojos En el interior del cerebro Una enfermera viene a sentarse A mi lado en la mesa del café Despliega un periódico del 56 Y lee con voz emocionada: "Cuando los soldados de Napoleón Entraron en Zaragoza, en la vil Zaragoza No encontraron más que viento por las desiertas calles Sólo en un charco croaban los ojos de Luis Buñuel Los soldados de Napoleón los remataron a bayonetazos" Quedan mis órbitas solas Sin mirada Sin deseos Sin nada Sin mar Aullado de espacio Es mi esqueleto del que no quedan sino los ojos Soy yo Tan pronto me sonríen Tan pronto me bizquean Tan pronto se me van a comer una miga de pan En el interior del cerebro