Una tarde de Agosto Por las calles de Zarautz Me encontraste leyendo Aquel libro junto al espigón. Sentada en tu bicleta, Buscabas en el cielo el sol. Cuando nos separamos Aquel gesto se quedó. Árbol no dejes nunca, Dame sombra dame fe. Árbol luz y penumbra, Nunca dejes de crecer. Han pasado ya mil años Y en un café de Berlín, Me encontrarás leyendo Aquel libro que un día te leí. Y las muchachas en bici Bajo un enorme cielo gris Me sonríen como auroras Me recuerdan tanto a tí Árbol no dejes nunca, Dame sombra dame fe. Árbol luz y penumbra, Nunca dejes de crecer. No olvides los destinos Que llevabamos de niños Iluminaban solos todo el espigon Que recorra tu memoria El dolor de mi alegria Pegado a tu piel Yo no olvido la belleza Tus carreras por la arena Arrasandolo todo