Traías tanta luz que iluminó Cada esquina de mi vida, cada rincón. No sentí ningún dolor, Yo pensaba que era el ruido de un río arrastrándonos. Tenía tanto amor, encerrado en el pecho Como un pájaro sin voz. Y aunque mi papel se le hubieras dado a cualquiera Quiero que sepas que puse en él mi alma entera. Convertiste en una selva cada yema de mis dedos Que apagaste con tus manos uno a uno mis infiernos. Convertiste metal en madera con un solo movimiento. Conseguiste que midiera en gotas todo mi tiempo. Cada día fue un viaje, cada viaje lo recuerdo. Y que nunca me hizo falta destruir ningún silencio. Y aunque estaba entregado eran seguros mis aplausos. Quiero que sepas que actuaste como si nada fuera falso. Quería tanta luz, quería cegarme, No saber más quién era yo.