No estoy en el norte, No estoy en el sur, No estoy en el oeste, No estoy en el este, Pero tengo a alguien a quien amar. El barco de oro hundiéndose En este mar de vagas olas; En este mar de vagas olas Se ahogarán los cigarrillos Y los tiburones tendrán canción; Bandera transparente en los puertos Y flores de acero flotando, Derivando hacia el sueño. No estoy en el norte, No estoy en el sur, No estoy en el oeste, No estoy en el este, Pero tengo a alguien A quien besar de lejos. Buitres y palomas amándose, Manchando de rojo el cielo quebrado; El viento oliendo a resaca, Los relojes a la velocidad del ruido, El llanto invita a la risa, La risa invoca al canto, El canto llama a la dama De collar oscuro en el cuello. No estoy en el norte, No estoy en el sur, No estoy en el oeste, No estoy en el este, Pero tengo a alguien A quien no olvidar. Las playas evaporándose: La arena es verde, la heroína es roja, La harina es azul. Abrazado a tu recuerdo Me voy hundiendo callando, Escupiendo en el suelo de oro De este barco apátrida. Abrazado a tu recuerdo Escucho tu voz de lejos. Las sirenas cargando ya sus pistolas, Los peces mandando telegramas A los pecados vivos de miedo; Bandera transparente en los puertos, Flores de acero flotando, Derivando hacia el sueño Y alguien a quien amar de lejos. Javier Corcobado