Cuando sé que juegas Por ahí las horas Y que en otros brazos Ves nacer auroras, Tristemente pienso, Que de aquel amor bonito, No me queda nada, Nadita de nada. Cuando ya no extrañas Tanto mi presencia Y mis manos vuelven A sentir tu ausencia, Tristemente pienso, Que de aquel amor bonito, No me queda nada, Nadita de nada. No queda nada, nadita de nada, De aquel amor que vivimos una vez, Y aquel amor que sentimos una vez Desesperadamente. No queda nada, nadita de nada, De aquel amor que vivimos una vez, Y aquel amor que sentimos una vez Desesperadamente. Cuando ya no llamas Como me llamabas, Cuando ya no extrañas Como me extrañabas, Tristemente pienso, Que de aquel amor bonito, No me queda nada, Nadita de nada. Cuando a los lugares Que fuiste conmigo Vuelves de otra mano Y yo soy olvido, Tristemente pienso, Que de aquel amor bonito, No me queda nada, Nadita de nada. No queda nada, nadita de nada, De aquel amor que vivimos una vez, De aquel amor que sentimos una vez Desesperadamente. No queda nada, nadita de nada, De aquel amor que vivimos una vez, Y aquel amor que sentimos una vez Desesperadamente. No, no queda nada, No queda nada, De aquél amor... Nadita de nada.