Te habrá quedado una canción acorralada Por esas cosas de querer mirar sin ver Por esas cosas de la vida, que uno no aprende hasta que rima Hasta que el fuego no le quema bien la piel Hubiera sido como un sol de primavera Como un abrazo de su noble condición Hubiera sido como un fuego, como una antorcha en el recuerdo Que sólo son dos o tres lágrimas de alcohol Y dónde, mi amor, se puso a descansar Su siesta inoportuna que embarra hasta la luna Y, ¡ay amor! Sin ti no doy un paso más Me siento en el camino y miro mi destino Ay, qué caray con esta vida, ay qué caray Hoy soplan frescos, nuevos aires de esperanza Y yo sentado con la viola y un café Sin darle forma a este lamento, sin ser preciso en lo que siento Hoy soplan vientos que me duelen sin querer Y ya no tengo más sermones para darte Ya me cansé de ver el techo y la pared Y esas cuestiones personales, que si tus ojos son mis males Voy a dejarlas por un rato hasta después Y dónde, mi amor, se puso a descansar Su siesta inoportuna que embarra hasta la luna Y, ¡ay amor! Sin ti no doy un paso más Me siento en el camino y miro mi destino Ay, qué caray con esta vida, ay qué caray ¡Ay amor! Sin ti no doy un paso más Me siento en el camino y miro mi destino Ay, qué caray con esta vida, ay qué caray