En vano el alma, con voz velada Volcó en la noche la pena Sólo en silencio, profundo y grave Lloraba en mi corazón En la tarde que en sombras se moría Buenamente nos dimos el adiós Mi tristeza profunda nos veía Y al marcharte sonreíamos los dos Y la desolación, mirándote al partir Quebraba de emoción mi pobre voz Y el sueño más feliz moría en el adiós Y el cielo para mí, se oscureció