Primero fueron los puñales Despues vino la orilla y toda la amargura De un malevaje que se estaba yendo Entre un golpe de baraja Y alguna muerte casual Que uno habia prometido. Llegaron todas las broncas inmigrantes y trajeron la Historia y la leyenda, derramaron el idioma por la calle Y de a poco Se fueron adueñando del lenguaje. Y despues se fueron los boliches El estaño se apago como las velas El vino empezo a tomarse con apuro Y alguien dijo amor En una esquina del centro Y se olvidaron del tango y del compadre Entonces, entonces la ciudad se fue llenando de vacios Ya nadie conversaba como antes, El ruido del mateo se quedo en Palermo, Llego rumor de muerte para el barrio, Ahora nadie se acuerda pero dicen Que Buenos Aires tiene un bandoneon anclado Una guitarra milonha por Pompeya y un hambre proletario apuñalado.